Universitario
hacía su paso lento, cargando una pesada cruz, símbolo de sus derrotas. Se
dirigía al Monte Calvario, sin esperanzas. Poco a poco fue muriendo en la tabla
de posiciones. Ya nadie creía que saldría de ésta. Sus fieles hinchas lloraban
al verlo clavado, sus enemigos se regocijaban. Era el fin de un grande del
futbol peruano. Murió lentamente, agonizando de cruel forma.
Y
como Jesús resucitó de entre los muertos un domingo santo, de igual forma se
levantó el equipo crema. Fue un milagro de Pascua de Resurrección. Con esto se
demostró que Dios es de la U. Y todos sus hinchas, los que no habían perdido la
fe, se alegraron mucho al verlo de pie, batallando contra los otros. La leyenda
de Universitario no moría un Viernes de Crucifixión.
En
la santa tierra de Arequipa, al pie del Misti, la U resucitó. Venció al Melgar
1 a 0 cuando todos lo creían imposible. Fue la primera victoria de este equipo
en lo que va del año. A los 76 minutos un penal hizo que Universitario se levantara
y anduviera. Su salvador fue Raúl Ruidiaz , un deportista valiente y luchador,
que se enfrentó al destino de su equipo. Y anotó el gol.
Sin
embargo, el primer tiempo el Melgar controlaba la pelota y era de temer en la
zona del bando crema, sufriendo su defensa por parte de los arequipeños.
Incluso por poco logra un gol. Universitario atacaba con el aguerrido Edison
Flores, quien estuvo muy cerca de cambiar el destino de sus compañeros. Sin
embargo, todo se decidió en el segundo tiempo.
Los
hinchas de la U imploraban al cielo por un milagro. Entonces Ruidiaz, en el
momento en que todo se creía perdido,
fue el encargado de romper la maldición crema en un Domingo de
Resurrección. Y la U celebró su primera
victoria, pese a que todos decían lo contrario, pese a que el enemigo era muy
poderoso, pese a que ya estaban casi acabados. Los milagros existen.
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